El Valle Salado de la localidad alavesa de Añana es actualmente uno de los paisajes culturales más espectaculares y mejor conservados de Europa. Su valor no radica únicamente en su particular arquitectura o en sus más de 1.200 años documentados de historia, ni siquiera en sus características geológicas, su biodiversidad o en sus valores paisajísticos, sino en la unión en perfecta armonía de todo ello en un contexto privilegiado.
En la villa más antigua de Álava, y en lo que hace 200 millones de años fueron las aguas de un vasto mar, se levanta el valle Salado de Salinas de Añana. Un soberbio paisaje cultural (monumento) al aire libre formado por más de 5000 eras: plataformas sobre las que se vierte la muera -agua salada- para la obtención de sal por evaporación solar. Una peculiar y extensa red de canales de madera distribuye el agua hasta los puntos más recónditos del Valle Salado.
Además de poder pasear por la historia y la sorprendente arquitectura de este insólito paisaje cultural, los visitantes podrán humedecer los pies y las manos en salmuera, y conocer de primera mano los rudimentos del oficio milenario de los salineros. También podrán observar las particularidades de un entorno natural y patrimonial privilegiado. Hay que tener en cuenta que el Valle Salado se emplaza sobre uno de los fenómenos más curiosos de la Geología, el Daipiro, y que la salinidad del entorno hace que su ecosistema sea único.
Salinas de Añana posee manantiales de agua salada que forman el río Muera, debido a que los cursos subterráneos de agua atraviesan sedimentos de sal antes de salir a la superficie y cuya explotación está documentada desde el año 822. Las salinas del Valle salado junto con las de Poza de la Sal han sido las más importantes de toda la Península Ibérica.
En la Edad Media las Salinas de Añana florecieron con el mercadeo de la sal, siendo fundada la población en 1126 por Alfonso I y constituyéndose en la villa más antigua de Álava por los fueros otorgados en 1140 por Alfonso VI de Castilla.
Las salinas están abandonadas desde mediados del siglo XX y sus maderas se degradaron rápidamente. Sin embargo recientemente se declararon Monumento histórico y ahora están en proceso de restauración debido a su valor etnográfico y turístico.
En la época de máximo esplendor había en el valle más de cinco mil plataformas de evaporación que, en total, ocupaban una superficie de 95.233 metros cuadrados.
La época de elaboración de sal varía anualmente en función de las condiciones climatológicas. Comienza generalmente en mayo y termina en octubre, si bien el periodo más productivo era entre junio y septiembre, pues a partir de ese mes las largas noches retrasan el proceso de vaporación y las continuas lluvias estropean la escasa sal que se puede obtener.
La época de elaboración de sal varía anualmente en función de las condiciones climatológicas. Comienza generalmente en mayo y termina en octubre, si bien el periodo más productivo era entre junio y septiembre, pues a partir de ese mes las largas noches retrasan el proceso de vaporación y las continuas lluvias estropean la escasa sal que se puede obtener.
Fotografías: Jose Mesa (jmargazki)
Fuentes: http://www.nekatur.net/salinas-de-anana-y-valle-salado
http://es.wikipedia.org/wiki/A%C3%B1ana
http://www.saldeanana.com/es/
Un lugar muy interesante, bien documentado con tus fotos y explicaciones. No tenía conocimiento de su existencia. Me parece bien que se lleven a cabo programas de recuperación y conservación, pues son un testimonio inestimable de una actividad humana de tiempos pasados y que merece ser conocida por las generaciones presentes y venideras.
ResponderEliminarSaludos
Hola Pini,
EliminarCiertamente un lugar que merece la pena conocer y tan solo por cinco euros una hora de visita y explicaciones. A tan solo una hora de mi casa y no lo conocia, ya sabes lo cercano es lo mas lejano.
Un saludo.
yo tampoco lo conozco, excelente documento gráfico, saludos jose
ResponderEliminarPues merece la pena una escapada, a tan solo una hora de Bilbao Carmen.
EliminarUn saludo.