Tan tranquilo y discreto es el Papamoscas Gris que pocas personas se dan cuenta de su presencia en los jardines; en esto colabora su apagado colorido, de tono uniforme, gris ratón, del que sólo se apartan los jóvenes, que tienen manchas oscuras en el pecho.
Un buen modo de reconocer una de estas aves es observarla cuando se alimenta. Posado delante de un espacio abierto, acecha erguido sobre una valla, una rama sin hojas o debajo del espeso ramaje, lanzándose, de repente, sobre cualquier insecto que divise. Para alcanzarlo es posible que realice quiebros y giros en vuelo, aunque raramente falla y su pico se cierra con un audible chasquido.
El Papamoscas Gris es una de nuestras aves estivales de llegada más tardía, presentándose normalmente a fines de abril y mayo, y permaneciendo en España hasta septiembre u octubre, aunque muchas de las aves que se ven en el último de estos meses puedan estar en paso procedentes de otros puntos de Europa. De carácter solitario, es ave de hábitos invariables, por lo que año tras año volverá a los mismos puntos de cría.
Ambos sexos construyen descuidado nido de musgo, lana y pelo, unidos con telarañas, en aleros, enredaderas de muros, árboles, nidos viejos de pájaros o cavidades, estando situado a una altura muy variable. La abertura de la cavidad debe ser bastante ancha, lo que explica que a menudo las nidadas sean destruidas por córvidos o roedores. Pone de 4 a 5 huevos teñidos de azul o verde y fuertemente moteados de pardo rojizo. La incubación, principalmente por la hembra, dura unos 13 días. Los pollos, cebados por ambos padres, vuelan tras unos 13 días.
La nidificación es efectuada desde finales de mayo a finales de julio, a veces hasta en agosto para las últimas nidadas. Frecuentemente efectúan dos nidadas. El territorio puede ser muy limitado: de 0,2 a 1 ha.
Presenta una distribución euroturquestana, aunque abarca toda Europa, desde el norte de Escandinavia hasta el mediterráneo, incluyendo las grandes islas y el norte de África, incluido Mongolia (por el este) y parte del Himalaya. La mayor parte de la población europea de esta especie se encuentra en Suecia, Finlandia, Rusia y Bielorrusia.
En España, constituye una especie nidificante que está presente en todas las Comunidades Autónomas peninsulares, así como en Baleares.
Migratorio transahariano. La alimentación del papamoscas gris, lo convierte en un ave necesariamente migratorio. Dejan Europa a partir de agosto hasta mediados de octubre para establecerse durante el invierno en África tropical, tanto en sabanas como en bosques tropicales. La vuelta primaveral se efectúa a principios de mayo. Las sequedades de las últimas décadas en Sahel y la desertización creciente provoca una mortalidad muy elevada en estas aves durante las migraciones.
Las poblaciones de papamoscas gris están en decadencia casi en toda su área de distribución. Las causas de esta decadencia no son del todo conocidas, cabiendo suponer que entre ellas se encuentran las sequedades extremas de Sahel (sequías en África), los veranos fríos y húmedos en sus áreas de reproducción, la desaparición en el paisaje de elementos tales como los setos o vergeles, así como el empleo de plaguicidas en las huertas, son unas causas muy probables. La conservación de los viejos vergeles es pues una de las medidas de conservación favorables para la especie. También hacen mella en las poblaciones de esta especie la caza ilegal realizada por pajareros.
Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Muscicapa_striata
http://www.pajaricos.es/p/p1/papamoscasgris.htm
Foto y video: Jose Mesa (jmargazki)