Los sírfidos (Syrphidae) son una familia de dípteros braquíceros que liban el néctar de las flores adoptando el aspecto de himenópteros como las abejas y las avispas, con las que se confunden fácilmente. Los sírfidos son de la familia Syrphidae, y son moscas, es decir, tienen sólo dos alas, en comparación con la mayoría de insectos voladores que tienen cuatro.
El tamaño es muy variado, con especies que miden pocos milímetros y algunas muy grandes. Predominan colores pardos, anaranjados o amarillos, casi siempre con bandas bien marcadas sobre el abdomen.
Han sido descritos unos 200 géneros y alrededor de 5.400 especies. Son muy frecuentes sobre las flores, de las que se alimentan como adultos, consumiendo principalmente néctar pero también polen, con lo que son importantes agentes de polinización zoófila. El aspecto de los adultos es mimético del de ciertas abejas y avispas que frecuentan los mismos ambientes, con las que deben ser confundidas por los depredadores en un ejemplo notable de mimetismo batesiano que es una habilidad que ciertos seres vivos poseen para asemejarse a otros seres de su entorno (con los que no guarda relación) y a su propio entorno para obtener alguna ventaja funcional.
Para distinguir un sírfido de un himenóptero hay que fijarse en las antenas, muy breves como en otras moscas, y en los ojos, más grandes que los de las avispas y abejas, sobre todo en los machos, donde tienden a juntarse en la parte dorsal de la cabeza. Una característica muy importante de todos los sírfidos es la venación de las alas, con una vena que no está presente en otros dípteros, la llamada vena espuria. Otra forma de identificarlos es su manera de volar. Un sírfido es capaz de mantenerse quieto en el aire (habilidad que las abejas o las avispas no pueden hacer). Tienen un importante control del vuelo, lo que les permite cernirse sobre las flores, y poder desplazarse en cualquier dirección sin girar el cuerpo.
Los huevos son blancos y alargados y miden entre 0,5 y 1 mm. La hembra realiza la puesta junto a una colonia de pulgones y cuando las larvas aparecen hacia el mes de abril inician, inmediatamente, el ataque a sus presas.
Las larvas tienen una forma muy característica de "coma", sin cabeza ni patas, con la parte posterior acabada en punta. Son de color verde grisáceo, casi transparente y con manchas amarillas. Su longitud es de entre 10 y 20 mm. Son muy voraces, capaces de consumir durante el periodo larvario hasta 400 pulgones. Dependiendo de la especie, pueden tener una o más generaciones por año.
Las larvas tienen una forma muy característica de "coma", sin cabeza ni patas, con la parte posterior acabada en punta. Son de color verde grisáceo, casi transparente y con manchas amarillas. Su longitud es de entre 10 y 20 mm. Son muy voraces, capaces de consumir durante el periodo larvario hasta 400 pulgones. Dependiendo de la especie, pueden tener una o más generaciones por año.
Algunas especies han sido empleadas en el control biológico de plagas, por ejemplo de pulgones que pueden llegar a causar pérdidas económicas multimillonarias. Los adultos de algunas especies son polinizadores importantes, visitan las flores para alimentarse de néctar y también de polen, especialmente las hembras que necesitan las proteínas del polen para la maduración de los huevos.
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