La chinche rayada (Graphosoma lineatum) también llamada “Chinche del Milán” por sus líneas negras y rojas como la camiseta del equipo de futbol. Es una vistosa chinche de la familia de los pentatómidos, con coloración aposemática para advertir a los depredadores de su mal sabor. Mide de 9 a 11 mm.
Se alimenta de jugos vegetales y suele encontrarse en grupos en inflorescencias de plantas de las familias de las compuestas o de las umbelíferas. Vive en sitios soleados, situados por debajo de los 2000 m de altitud.
En esta ocasión las encontré delante de casa en un grupo de plantas de perejil en flor y era un grupo bastante grande.
Mientras muchas especies han 'elegido' el camuflaje como estrategia de supervivencia, otras han tomado un camino completamente opuesto. Graphosoma lineatum es un chinche que se pasea tan tranquilo a la vista de los depredadores, vestido con un llamativo diseño de rayas negras sobre fondo rojo.
Esta vistosa coloración denominada coloración aposemática es un mensaje que dice 'soy un insecto de sabor desagradable, además segrego un fluido repelente cuando me molestan, y si me comes tendrás ardor de estómago', la toxina la saca de las planta de las que se alimenta succionando su savia. El asunto es que los depredadores no conocen este mensaje de forma innata, sino que deben aprenderlo a través de la experiencia. ¿Cómo? Pues comiéndose al chinche.
Es por tanto una ventaja a nivel de especie, no de individuo. A nivel de individuo, los Graphosoma nacen en el país de los francotiradores con una diana pintada en la espalda. Cierta cantidad de chinches serán comidos por los depredadores novatos, pero no volverán a repetir tan desagradable aperitivo. El sacrificio de algunos individuos supone la protección para el resto.
Para aquellos "bichólogos" que gusten de observar a los insectos con más detenimiento, no resulta complicado sorprender a una pareja de Graphosoma en plena cópula, momento en el que la podemos coger con cuidado y depositarla en un terrario junto con una muestra de la planta sobre la que se encuentran.
Basta cambiar regularmente la planta para obtener en pocos días toda una familia de chinches creciendo ante nuestros ojos. Podremos ver la puesta de huevos, posterior eclosión y las sucesivas mudas de las ninfas (unas cinco), tras lo cual devolveremos a la prole a su lugar de origen sin mayor problema.
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