Este es un escarabajo florícola de color verde metálico, de unos 2 centímetros de largo. En los élitros posee en la parte media y apical unas líneas blancas transversales de aspecto fragmentado. Coloración muy variable, aunque generalmente es de color verde claro en la parte superior y rojo dorado en la inferior. Pronoto y cabeza del mismo color.
Costumbres diurnas y amante del sol. Vuelo rápido. Las hembras depositan los huevos en el suelo o sobre troncos en descomposición que constituyen el alimento de las larvas. Al alcanzar la madurez fabrican una celda con restos diversos (como barro, madera etc.) cementados con sus heces y en su interior se transforma en pupa. En primavera surgen los adultos.
Es un insecto florícola que coloniza muy distintos tipos de hábitat como linderos de los bosques, zonas abiertas con vegetación y muy común en jardines y huertos. Se alimentan de polen, néctar, estambres y otras partes florales (de rosales, umbelíferas, espino blanco, etc.), frutos maduros y larvas existentes en los troncos en descomposición.
Este escarabajo es algo así como la mariposas de los coleópteros pues mientras que los adultos se alimentan de las flores ,además de algunos frutos, sus larvas se alimentan de materia vegetal, incluyendo las plantas en descomposición. También se le conoce como cetonia dorada por el reflejo dorado que presenta aunque según como le de la luz podemos verlo tanto de color verde metálico como con reflejos dorados. Con ese verde metalizado se presenta este escarabajo que acompañado de las rayas blancas en el abdomen da un color especial a la naturaleza a finales de verano.
Son lentos y torpes caminando, pues confían en su durísima coraza para protegerse de los depredadores. Nunca huyen ante un peligro visual, pero si se les molesta de una forma táctil, emprenden el vuelo de forma rápida y zumbona. Los cetónidos mantienen los élitros cerrados cuando vuelan, sacando las alas por los laterales. Los imagos aparecen de mayo a septiembre, y son activos a pleno día.
Son verdaderas fortalezas volantes, su vuelo va acompañado de un peculiar y sonoro zumbido que junto al considerable tamaño y volumen, muy superior al de cualquier abeja o avispa, provoca temor el verle aproximarse. A pesar de sus dimensiones son ágiles voladores.
Obrigado, Fernando.
ResponderEliminarUn saludo.